Un mes después de tocar el cielo en Johannesburgo, la selección española vuelve a jugar un partido, el primero de su historia como campeona del Mundo. Se trata de un choque cargado de simbolismo en el que se mide a México en el legendario estadio Azteca. Un partido que Del Bosque se ha tomado muy en serio y para el que ha llevado al mejor equipo posible.
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